miércoles, 13 de octubre de 2010

Malas Notas 7

Tres malas notas sobre la muerte, la poesía y la memoria.

Quizás lo más sobrecogedor de la muerte sea la pérdida definitiva de la palabra. Ya no habrá nada nuevo que decir, todo ha quedado dicho, sin posibilidad de rectificación o aclaración. Por esta misma realidad irremediable me parece de lo más abyecto la pretensión de querer hablar en nombre de los muertos. Es un desprecio a lo que fueron, un aprovechar su indefensión para negarles y transformarles en lo que nos gustaría que hubieran sido. En suma, una absoluta traición.

Hacer un poema como si fuera un cuarteto de cuerda; sólo cuatro palabras que nombren y expliquen el universo.

El pasado siempre es más grato porque lo revisamos todos los días.

domingo, 3 de octubre de 2010

Ex-Libris y heráldica

El artista alemán Adolf M. Hildebrandt compaginaba el diseño de ex-libris y la confección de escudos familiares. En este caso vemos como en el ex-libris de Robert Bohlmann el artísta incorpora en la parte superior derecha el escudo que, suponemos, pertenecía a la familia Bohlmann.

R refrescante

Desde esta R se nos ofrece una copa para refrescarnos y luego seguir con la tarea.


De nuevo Beethoven

El concierto para piano, violín y violonchelo, también llamado Concierto Triple, de Beethoven es una joya. Cualquiera de los tres movimientos merecería la pena escucharlo, pero por motivos de tiempo me limito a ofreceros el segundo movimiento (largo) y principio del tercero (rondo alla Polacca) en interpretación de D. Barenboim al piano, I. Perlman al violín y Yo Yo Ma al vilonchelo.


Rafael Argullol en instantáneas

Rafael Argullol ha publicado, que yo sepa, dos libros de anotaciones: El cazador de instantes y El puente de fuego; ambos llevan por subtítulo Cuaderno de travesía. En el primero recoge textos escritos entre 1990 y 1995 y en el segundo de 1996 a 2002. En todos ellos llama la atención tanto el rigor en el pensamiento como la perfección en la escritura, una simbiosis que nos hace disfrutar doblemente de sus apuntes. Los "aforismos" que siguen pertenecen al primero de los libros.

Me gusta durante la noche oír el tañido de las campanadas provenientes de las iglesias, en especial cuando me hallo de paso por alguna antigua ciudad de provincias. Es un sonido que atraviesa los siglos para unirme a miles de antepasados. ¿Qué importancia tiene quiénes fueron y cómo fueron esos hombres? El repicar de las campanas nos hace semejantes.
(Repique de campanas)

La cercanía de un loco causa desazón. Es inevitable pensar que tú puedes ser aquel hombre. Pero todavía más inquietante es intuir que el loco está pensando lo mismo con respecto a ti.
(Cruce de pensamientos)

Se empieza a ser libre cuando se abandona la creencia de que la vida del mundo o nuestra propia vida debe tener un fin. La libertad es saber existir sin que un fin determine nuestra existencia.
(Sin fin)

Hay que desconfiar de aquellos que no han descendido a los infiernos al menos una vez en su vida. No sirven para la amistad, el amor o el arte. Sobre todo no sirven para el oficio de seres humanos: no han pasado la prueba que permite alcanzar el título de hombre.
(Catábasis)

Los advenedizos del conocimiento son aquellos que al contemplar el mar se hallan convencidos de que Poseidón nunca existió.
(Advenedizos)

Lo que diferencia a los dioses de los hombres es que mientres éstos se pasan la vida tratando de averiguar las reglas de juego aquéllos se limitan a jugar.
(Las reglas del juego)

Somos justos con nosotros mismos cuando llegamos a la convicción de que no hay culpables de nuestras desgracias y sí, en cambio, responsables de nuestras alegrías.
(Justicia)

(Rafael Argullol, El cazador de instantes. Cuaderno de travesía 1990-1995, Destino)